Decidir instalar placas solares en casa es un gran paso hacia un modelo energético más sostenible. El siguiente paso es elegir las más adecuadas según tus necesidades, teniendo en cuenta aspectos como el tamaño del tejado, el tipo de vivienda y el consumo energético.
Tipos de placas solares según su función
Existen tres tipos principales de paneles solares, cada uno diseñado para cumplir funciones específicas y adaptarse a diferentes necesidades energéticas en el hogar. La elección entre estos tipos dependerá tanto del objetivo que busques alcanzar (ya sea generar electricidad, obtener agua caliente o una combinación de ambas) como del entorno en el que se encuentra la vivienda.
A continuación, te explicamos en detalle cómo funciona cada tipo de placa y en qué situaciones resultan más eficaces. Entender las diferencias entre ellas te permitirá optimizar el rendimiento de la instalación y maximizar el ahorro energético a largo plazo.
Placas solares fotovoltaicas
Estas convierten la luz solar en electricidad. Su estructura está formada por celdas de silicio que captan la energía solar y la transforman en corriente continua. Posteriormente, un inversor adapta esta energía a corriente alterna, lista para ser utilizada en el hogar. Este tipo de placas solares es ideal para generar electricidad limpia, reducir la dependencia de la red, ahorrar en tu factura de la luz y cubrir el consumo energético de una vivienda de forma sostenible y eficiente.
Placas solares térmicas
Estas placas convierten la energía solar en calor, útil para producir agua caliente sanitaria (ACS) o alimentar sistemas de calefacción. Son especialmente eficaces en zonas frías con alta radiación solar, como áreas montañosas.
Placas solares híbridas
Combinan las funciones de las fotovoltaicas y térmicas, generando tanto electricidad como calor desde una misma instalación. Suelen ser más compactas, lo que las hace ideales para viviendas pequeñas o con limitaciones de espacio.
Cómo elegir el mejor sistema para tu vivienda
La elección del sistema adecuado depende de varios factores, como el clima de la zona y el uso energético de la vivienda. Por ejemplo:
En zonas cálidas, las placas fotovoltaicas son ideales para maximizar la generación de electricidad.
En climas fríos, las placas térmicas o híbridas pueden ser más eficientes al satisfacer mayores demandas de calefacción y agua caliente.
Además, es importante evaluar el tamaño del tejado y el número de paneles que puedes instalar. En viviendas unifamiliares, se recomienda aprovechar al máximo el espacio disponible para instalar tantos paneles como sea posible, cubriendo no solo el consumo energético de la vivienda, sino también generando excedentes. Estos excedentes pueden ser utilizados para reducir aún más la factura eléctrica o incluso beneficiar a otras viviendas.
Estudio personalizado: clave para acertar
Cada hogar tiene características únicas, por lo que realizar un estudio personalizado es fundamental para determinar qué tipo de placas solares y cuántas instalar. Este análisis debe considerar factores como el consumo energético, el tamaño del tejado, el clima y las necesidades específicas de cada familia.
Además, instalar una batería para placas solares es siempre una excelente opción para maximizar el aprovechamiento de la energía generada. Las baterías permiten almacenar el excedente de electricidad durante el día y utilizarlo cuando las placas no estén produciendo, como durante la noche o en días nublados. Con ello, se reduce la dependencia de la red eléctrica, se optimiza el autoconsumo y se consigue un ahorro aún mayor en la factura de la luz.
En definitiva, instalar placas solares en casa es una inversión en sostenibilidad y ahorro energético. Elegir el sistema adecuado no solo permite reducir las facturas eléctricas, sino también contribuir activamente a un modelo energético más respetuoso con el medio ambiente.